¡Extremadamente reconfortable! ¿EN QUÉ CONSISTE? Es natural, casi instintivo, si sentimos dolor físico nuestra mano empieza a friccionar la zona afectada y el malestar disminuye. La mano del ser humano es terapéutica, es capaz de infundir nueva vida a los tejidos, de sustituir el dolor por placer, de restablecer el equilibrio roto. Culturas antiguas como la India crearon formas de masaje curativo varios milenios a. de C. Aquí nació uno muy importantes: el Masaje Ayurvédico. Este Masaje se desarrolló a través del tiempo y por diferentes tradiciones dentro de los templos budistas por toda Asia. Floreció como una manera en que personas espirituales compartían los beneficios de la meditación y la compasión en forma física con otros seres. El Masaje Ayurvédico emplea movimientos firmes pero suaves, fluidos y circulares utilizando cantidades generosas de aceite vegetal calentado a temperatura agradable. En el siglo XIX, en occidente, nace el Masaje Clásico Terapéutico o sueco que surge de la condensación del conocimiento médico y la selección de varios tipos de Masaje de diferentes culturas, resultando en una técnica muy completa y profundamente curativa. Estos Masajes a Cuatro Manos estimulan al cuerpo de manera simétrica y simultanea, lo cual se traduce en un mayor beneficio ya que la mente del paciente encuentra más fácilmente la capacidad para adentrarse en un estado casi meditativo y profundamente relajante. ¿CÓMO SE REALIZA? * Llevado a cabo por dos terapeutas que trabajan simultáneamente alineando protocolos, ritmos y características sensoriales como la temperatura de las manos. Este creativo acompañamiento sobre la piel del receptor, con asimetrías calculadas desconcierta los sentidos y los hace vulnerables a una experiencia de pacífico deleite.